Cantan a su equipo. Enarbolan banderas. Alientan. Tocan bombos. ¿Qué no podría hacer un hincha por el equipo de sus amores? Sin embargo, en la historia de nuestro fútbol peruano es innegable mostrar casos de violencia que en estos años se han convertido en un problema serio de la sociedad.

La historia del fútbol peruano está fuertemente ligado a dos equipos, Alianza Lima yUniversitario de Deportes. El investigador y sociólogo Aldo Panfichi señala en “Sociología de la violencia en el fútbol peruano” que el deporte del balompié “ha sido una historia de rivalidades entre identidades opuestas”.
Es así como la rivalidad y el antagonismo se han vuelto inherentes al deporte del balompié. En los últimos cuarenta años, la rivalidad que enfrenta a los hinchas de la ‘U’ y de Alianza se ha “transformado y ha adquirido un carácter más organizado, violento y antagónico”, manifiesta Panfichi.
RASTROS DE VIOLENCIA
En 1988, la barra brava de Alianza Lima ingresó al estadio de Universitario, saqueándolo y generando destrozos. En 1991, barristas de Universitario quemaron el bus que movilizaba a los jugadores del Sporting Cristal en las afueras del estadio ‘Lolo Fernández’, en Breña. Ningún jugador quedó herido pero el bus se incendió totalmente.
Así podemos seguir hasta llegar a casos de los últimos años como el accidente fatal que ocurrió en el 2007 en Chimbote. El “clásico de los compadres” se trasladó hacia dicha ciudad con el fin de evitar enfrentamientos. Sin embargo, una emboscada por parte de hinchas del club Universitario produjo un enfrentamiento que dejó heridos y un seguidor de Alianza Lima muerto por un accidente.
No se puede evitar mencionar el caso Walter Oyarce, asesinado en el mismo estadio Monumental de Ate, al finalizar un partido entre Alianza y Universitario.
El último caso de violencia en el fútbol en un estadio ocurrió el marzo pasado. Una pugna por las entradas entre los hinchas de Universitario provocó la muerte de Bryan Anthony Huamanlazo Cusipuma (19), conocido como ‘Caballito’ en la barra.
COMANDO SUR
Martín Roldan Ruíz es un ferviente hincha de Alianza Lima y ex dirigente del Comando Sur quien nos explica el fenómeno de las barras desde una mirada más cercana.
El Comando Sur tiene una Directiva Central, jefes de cada cono de Lima y algunos referentes antiguos.
“La barra de Alianza abarca toda la ciudad de Lima e inclusive en el extranjero. Se forma de manera espontánea, grupos bajan a los partidos con sus banderolas y se hacen conocidos”, sostiene.
Además, la dirigencia de la barra del equipo no es elegida democráticamente, sino es elegida de manera ‘informal’- como califica el ex dirigente.
“A diferencia de otras barras, Alianza Lima es un poco informal, no hay elección. Un grupo fuerte y con muchos miembros toma la batuta del poder de la barra. La directiva puede durar 5 años o más. Es necesario que otro grupo se junte y diga que no”, expresó.
Para el hincha de Alianza, una de las soluciones es prohibir la entrega de entradas gratis. “Con las entradas gratis es obvio que habrán disputas internas. Tú quieres que no hayan malos hinchas, quítales las entradas, en ese momento irán los verdaderos hinchas”, señaló.
Martín explica que la rivalidad entre hinchas es muy fuerte, ya que el aficionado asume la identidad de su equipo.
“La rivalidad entre Alianza Lima y Universitario es una cuestión psicológica, de animadversión contra el rival, la identidad en ambos equipos son fuertes”, indica.
El Comando asume cierta responsabilidad por los hechos que ocurren dentro de estadio. “Nosotros nos hacemos responsables de la tribunas, lo que sucede en los barrios no nos compete”, manifiesta.
EN NÚMEROS
Un estudio realizado por la Policía Nacional y recogido en el Plan Nacional de Seguridad Ciudadana 2013-2018 da cuenta que el 71% de los miembros de las pandillas en Lima Metropolitana abandonaron sus estudios sin haber concluido la secundaria y, en algunos casos, la primaria. El porcentaje es mayor en el Callao, donde llega al 93%.
Además, Eduardo Pérez Rocha, ex secretario técnico del Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana (Conasec ), informó que en 42 distritos de Lima y 7 del Callao se descubrió que existen 22 mil pandilleros en 410 grupos de los tipos barrial, deportiva y escolar.
El también ex director de la Policía Nacional del Perú dio cuenta que el 45% de los pandilleros son menores de edad, el 38% tiene entre 18 y 24 años, y el 17% entre 24 y 40 años.
En el Plan Nacional de Seguridad del Ministerio del Interior se señala que una de las metas para acabar con la violencia es el inicio de programas a nivel provincial y distrital para que los jóvenes de las pandillas y barras bravas exploten su potencia en los negocios y talentos.
La rivalidad siempre existirá en el fútbol. Pero acaso se debe dejar que nuestros estadios sigan siendo testigos de hechos de sangre y dolor. ¿Qué se puede hacer? Aldo Panfichi recuerda que las barras son integradas por jóvenes pobres y excluidos, por lo que la solución tiene que venir de políticas públicas dirigidas a líderes territoriales.
Muy buen artículo, siempre me gusta estar en la barra pero ni bien terminaba el partido me iba por otro lado
ResponderBorrar